lunes, 19 de diciembre de 2011

Mahatma Gandhi


"El mundo es suficientemente grande para satisfacer las necesidades de todos, pero siempre será demasiado pequeño para satisfacer la avaricia de algunos".

Mahatma Gandhi

jueves, 15 de diciembre de 2011

MIgajas

Mientras la buena gente siembra migas para cosechar panes, la otra recorta panes para darles de comer a los mercados. Digo mercados por no decir cuervos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La mujer justa

Sándor Márai, poeta y novelista húngaro, escribe La mujer justa en los años cuarenta del pasado siglo.

Tres personajes, unidos por el destino y envueltos en un imposible triángulo amoroso, hablan de sus experiencias vitales en tres épocas distintas. Márai, a través de los monólogos de Marika, Péter y Judit, inunda sus desgarradoras páginas con una serie de reflexiones sobre el amor, la pasión, el deseo, los celos, la soledad, la literatura, la guerra, la muerte y... en fin, la vida, que no pueden dejar indiferente a nadie. Sus palabras, balas cargadas de poesía, aciertan siempre en la diana, el centro del alma. Muy recomendable.

El amor:

“No se puede amar tanto, no se debe amar tanto a nadie, ni siquiera a los propios hijos. Todo amor supone un egoísmo desenfrenado. […] No se puede amar con segundas intenciones. No se puede amar con tanto crispamiento y delirio” (Marika)

“Rencor, vanidad. Es lo que suele haber en el fondo de todas las miserias y las desgracias humanas. Y soberbia. Y miedo, porque la vanidad no les permite atreverse a aceptar el regalo del amor. Hace falta mucho valor para dejarse amar sin reservas. Un valor que es casi heroísmo. La mayoría de la gente no puede dar ni recibir amor porque es cobarde y orgullosa, porque tiene miedo al fracaso. Le da vergüenza entregarse a otra persona y más aún rendirse a ella porque teme que descubra su secreto… el triste secreto de cada ser humano: que necesita mucha ternura, que no puede vivir sin amor. Creo que esa es la verdad” (Peter)

"¿El amor, dices? Qué bueno eres... Eres un ángel caído del cielo. No corazón, creo que ni siquiera el amor puede ayudarnos. Ni el cariño... El artista aquél me dijo un día que en el diccionario se habían confundido con esas dos palabras. Él no creía en el amor ni en el cariño, sólo creía en la pasión y en la piedad, pero decía que tampoco ayudan porque sólo duran un momento... tanto la piedad como la pasión." (Judit)

La pasión:

“No creo que haya pasiones que se pasen la vida reprimidas, ardiendo en el alma de una persona como un fuego subterráneo o el incendio de una mina… Puede que existan; pero estoy convencida de que semejantes llamas termina por apagarlas la vida misma. ¿No lo cree así?” (Marika)

“Puede que no sea un héroe, pero tampoco soy un cobarde porque tengo el valor de vivir mis propias pasiones” (Peter)

El deseo:

“Sabía que el erotismo no resuelve la tensión entre hombres y mujeres ni de modo definitivo ni a largo plazo; que los momentos de sensualidad nacen por sí mismos y de la misma manera se disuelven en la nada, la costumbre y la indiferencia. […] Y también conocía el movimiento ondulatorio que empuja continuamente al ser humano entre la satisfacción y el deseo, entre la sed y el hastío, en una oscilación que atrae y repugna a la naturaleza humana sin darle paz ni solución. […] Entonces todavía alimentaba una esperanza en el fondo de mi corazón, esperaba que existiese un cuerpo, un único cuerpo capaz de acoplarse en perfecta armonía a otro cuerpo para aplacar la sed del deseo y el hastío de la satisfacción en una especie de manso reposo, en ese sueño que los hombres suelen llamar felicidad. En la vida real no existe, pero yo entonces no lo sabía.” (Peter)

Los celos:

“Los celos no son más que una forma innoble y miserable de orgullo. Sí, también conozco ese sentimiento… lo conozco bien. Casi me mata. Pero ya no soy celoso, ¿comprendes? ¿Me crees? Mírame a la cara. No, viejo amigo, ya no soy celoso porque he conseguido superar el orgullo, aunque a costa de un esfuerzo enorme.” (Peter)

La soledad:

“El que madura se siente siempre solo. Un hombre que padece soledad puede reaccionar de varios modos: puede sentirse herido, lleno de resentimiento, y entonces fracasa definitivamente, y puede resignarse y hacer las paces con el mundo. Puesto que la soledad me oprimía incluso en el seno del matrimonio y la vida familiar, se me hacía un poco difícil firmar ese acuerdo de paz con las personas que estaban a mi alrededor.” (Peter)

“Llega un momento en que invade tu alma el deseo de soledad, cuando ya sólo quieres prepararte en silencio y con dignidad para la última gran tarea del ser humano: la muerte. Tienes que tener cuidado de no hacer trampas. Porque en caso contrario no tienes derecho a actuar. Mientras actúes por egoísmo, mientras busques la soledad sólo por comodidad, por resentimiento o por vanidad, estarás en deuda con el mundo y con todos aquellos que forman parte de tu vida. Mientras tengas deseos, tendrás obligaciones. Pero llegará un día en que tu alma se colme enteramente con el deseo de soledad y quieras expulsar de tu alma todo lo superfluo, lo falso." (Peter)

“Al principio, la soledad pesa como una condena. Hay horas en que te parece insoportable. […] Pero pasan. Porque la soledad, poco a poco te rodea con sus brazos, como lo hacen los misteriosos elementos de la vida y del tiempo, en el que todo ocurre. Y de golpe comprendes que todo ha ocurrido como estaba escrito: primero vino la curiosidad, luego el deseo, luego el trabajo y, por último, la soledad.” (Peter)

La literatura:

“[…] el arte, en su esencia más profunda y secreta, en el corazón y en el alma de cada artista, no es más que una manifestación de su instinto de juego. “¿Y la literatura? –pregunté entonces-. La literatura es algo más que arte, la literatura es una respuesta, un comportamiento ético…” Él escuchó con expresión sombría y amable, como siempre que yo sacaba el tema de su profesión, y luego contestó que sí, que eso era cierto, pero el instinto que alimenta esa actitud moral es un instinto lúdico y, por otra parte, el sentido último de la literatura –al igual que el de la religión- es la forma, y lo que es forma también es arte.” (Peter)

“Leía mucho. Pero con la lectura pasa lo mismo, ya sabes… sólo obtienes algo de los libros si eres capaz de poner algo tuyo en lo que estás leyendo. Quiero decir que sólo si te aproximas al libro con el ánimo dispuesto a herir y ser herido en el duelo de la lectura, a polemizar, a convencer y ser convencido, y luego, una vez enriquecido con lo que has aprendido, a emplearlo en construir algo en la vida o en el trabajo…" (Peter)

La guerra

"¿Días terribles, dices? Deja que lo piense... ¡Bah! Yo qué sé. Más bien era como si se hubiera descubierto algo que de otra forma no habría sido evidente, algo en lo que la gente no había pensado nunca, una idea que siempre había ahuyentado de su mente... ¿Qué? Pues que nada tenía ni fin ni sentido. Pero había algo más... Nos habíamos acostumbrado enseguida al miedo, lo sudábamos, como la fiebre en una enfermedad. Todo había cambiado... [...] Pero la gente no sólo se sentía atacada por las bombas. Todos sentían que en medio de aquella confusión de alarmas aéreas, de destacamentos que corrían de un lado a otro con el botín robado o las personas detenidas [...] estaba ocurriendo algo más... Ya no había manera de distinguir entre el campo de batalla y lo demás... porque la guerra había llegado también a nosotros mismos, a lo que quedaba de la vida civil, en las cocinas y en los dormitorios, y había estallado algo... aquello que hasta entonces había mantenido unida a la humanidad, por desidia o por pura pereza. En mi interior también estalló algo cuando vi a mi marido en aquel puente desastroso. [...] Estalló el melodrama que habíamos interpretado..." (Judit)

jueves, 17 de noviembre de 2011

Donde más duele el desamor

Donde más duele el desamor no es en el desprecio ajeno del amor recibido, sino en el poco valor que a los propios ojos tenga el amor dado.   Proverbio chino

sábado, 5 de noviembre de 2011

lunes, 3 de octubre de 2011

Poesía lírica

Hay poemas de todos los tiempos que alcanzan las más altas cimas de lirismo.
Estos son algunos:

Σαπφώ (Safo de Lesbos) (s. VII aC-VI aC)

Φαίνεταί μοι κῆνος ἴσος θέοισιν
ἔμμεν’ ὤνηρ, ὄττις ἐνάντιός τοι

ἰσδάνει καὶ πλάσιον ἆδυ φωνεί-

σας ὐπακούει


καὶ γελαίσας ἰμέροεν, τό μ’ ἦ μὰν

καρδίαν ἐν στήθεσιν ἐπτόαισεν·

ὠς γὰρ ἔς σ’ ἴδω βρόχε’, ὤς με φώναι-

σ’ οὐδ’ ἒν ἔτ’ εἴκει,


ἀλλ’ ἄκαν μὲν γλῶσσα ἔαγε, λέπτον

δ’ αὔτικα χρῶι πῦρ ὐπαδεδρόμηκεν,

ὀππάτεσσι δ’ οὐδ’ ἒν ὄρημμ’, ἐπιρρόμ-

βεισι δ’ ἄκουαι,


κὰδ’ δέ μ’ ἴδρως ψῦχρος ἔχει, τρόμος δὲ

παῖσαν ἄγρει, χλωροτέρα δὲ ποίας

ἔμμι, τεθνάκην δ’ ὀλίγω ‘πιδεύης

φαίνομαι

Traducción y versificación de Francisco José Triviño

Me parece igual a los dioses aquel varón
que te escucha mientras, sentados cara
a cara, de cerca le hablas endulzada
y le sonríes con amor.

Por eso me falla el corazón dentro del pecho,
y es que, apenas te miro, me quedo sin voz,
mi lengua habla silencio, bajo mi piel
corre un suave fuego,

mis ojos nada ven, me zumban los oídos,
sudo en frío, soy toda temblor al fin,
y a mí misma, cual yerba que palidece,
me veo a punto de morir.

Gaius Valerius Catullus (Gayo Valerio Catulo) (s. I aC)

Carmina 51 (las tres primeras estrofas son una paráfrasis del poema de Safo)

Ille mi par esse deo uidetur,
ille, si fas est, superare diuos,
qui sedens aduersus identidem
te spectat et audit

dulce ridentem, misero quod omnis
eripit sensus mihi; nam simul te,
Lesbia, aspexi, nihil est super mi
uocis in ore

lingua sed torpet, tenuis sub artus
flamma demanat, sonitu suopte
tintinant aures, gemina teguntur
lumina nocte.

Otium, Catulle, tibi molestum est;
otio exultas nimiumque gestis;
otium et reges prius et beatas
perdidit urbes.


Traducción propia


Me parece que es igual a un dios,
si no es impiedad, que supera a los dioses,
aquel que, sentado frente a ti, sin cesar
te contempla y te oye

sonreir con dulzura, lo que a mí, desgraciado,
me arrebata todos los sentidos; pues apenas,
Lesbia, te he visto, se me apaga
la voz en la boca,

se me entorpece la lengua, por mis miembros
corre una sutil llama, con su sonido interior
zumban mis oídos, una doble noche
cubre mis ojos.

El ocio, Catulo, te es funesto;
con el ocio te exaltas y en demasía te excitas;
el ocio, ya antes, a reyes y felices
ciudades destruyó.


Francisco de Quevedo (s. XVI-XVII)

Amor impreso en el alma, que dura después de las cenizas

Si hija de mi Amor mi Muerte fuese,
¡Qué parto tan dichoso que sería
El de mi Amor contra la vida mía!
¡Qué gloria, que el morir de amar naciese!

Llevara yo en el alma adonde fuese
El fuego en que me abraso, y guardaría
Su llama fiel con la ceniza fría
En el mismo sepulcro en que durmiese.

De esotra parte de la muerte dura
Vivirán en mi sombra mis cuidados,
Y más allá del Lete mi memoria.

Triunfará del olvido tu hermosura;
Mi pura fe y ardiente, de los hados;
Y el no ser, por amar, será mi gloria.


Felix Lope de Vega y Carpio (s.XVI-XVII)

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.


Gustavo Adolfo Bécquer (s. XIX)

Rima LXVI

¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.

¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.

Luis Cernuda (s. XX)

Te quiero

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Orgullo herido

Graham Greene, en boca del Mayor Calloway, narrador de "El tercer hombre", relata la decepción que siente Holly Martins, cuando constata que su amigo Harry Lime no le espera en el aeropuerto de Viena:

"Nunca nos acostumbramos a ser menos importantes para los demás de lo que ellos lo son para nosotros: Martins experimentó, como una punzada, la sensación de que se podía prescindir de él mientras esperaba en la puerta de autobuses, mirando cómo la nieve caía lentamente, tan fina y suave que los grandes montones entre los edificios en ruinas tenían una apariencia de permanencia como si no fueran el producto de aquella escasa nevada, sino que fueran a quedar para siempre en el nivel de las nieves perpetuas."


Graham Greene "El tercer hombre"


Escena final de la película:

lunes, 1 de agosto de 2011

Cubanos

¡Oh, la idiosincrasia!

El siguiente texto fue tomado de una revista Selecciones de 1949
Su autor es el vasco Sardamelio Bonceñigo y Arbsturdiayrria

Preguntósele una vez al profeta: - ¿Maestro, qué cree Ud. de los cubanos?.

Recogió el Patriarca en un puño su inmaculada túnica, frunció el ceño y con voz trémula dijo:

-Los cubanos están entre vosotros pero no os pertenecen, pues no son de vosotros. Los cubanos beben en una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y ríen de su música; toman en serio los chistes y hacen de todo lo serio un chiste; creen en Dios, en Changó, en la Ouija, en la Charada y en el Horóscopo al mismo tiempo. Creen en todo y no creen en nada.

-¡No oséis discutir con ellos jamás! Los cubanos nacen con la sabiduría propia y no necesitan leer, todo lo saben. No necesitan viajar, todo lo han visto. Los cubanos son el Pueblo Elegido… por ellos mismos. Se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia, y en grupos por su escandalera y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva en si, la chispa del genio... y ya se sabe que los genios no se llevan bien entre sí; de ahí que reunir a los cubanos es muy fácil, pero unirlos es imposible.

Jamás habléis de lógica con los cubanos, pues ésta implica razonamiento y mesura, y ellos, son hiperbólicos y desmesurados. Si os invitan a comer, no es "al mejor restaurante del pueblo", sino "al mejor restaurante del mundo". Cuando discuten, jamás dicen: "No estoy de acuerdo con Ud.", sino "Está Ud. completamente equivocado".

Poseen marcadas tendencias antropofágicas, pues decir: "Se la comió", es signo de admiración. "Comerse un cable o comer soga", es señal de situación crítica y llamar a cualquier persona "Comemierda", es su más usual y lacerante insulto. Los cubanos son tan amantes de las contradicciones que llaman "monstruos" a las mujeres hermosas y "bárbaros" a los eruditos.

Son capaces de ofrecer soluciones antes de conocer los problemas, por eso acuñan la frase de: "No hay problema (aunque se estén muriendo de hambre). Cuando visité su Isla me admiró el hecho de que cualquier cubano sabía como encauzar económicamente América Latina, como eliminar el hambre de los pueblos africanos, como liquidar el comunismo y como enseñar a los rusos y a los americanos a ser potencia mundial. Cuando quise predicar mis ideas, comenzaron por indicarme, pletóricos de bondad, como debía comportarme para ser un buen predicador y de que forma debía expresar mis ideas para hacerme más asequible…

Después se quejan, se asombran, se molestan y se insultan porque nadie (excepto ellos mismos) comprenden cuan simples y evidentes son sus fórmulas… así viven en cualquier parte del planeta, sin acertar a entender por qué la gente no habla ni entiende su puñetero español.

miércoles, 27 de julio de 2011

El primer concurso de belleza

Versión libre del mito conocido como "El juicio de Paris" o "La manzana de la Discordia", por Mamen Aznar

Dice una antigua leyenda que con ocasión de los esponsales entre la hija de Nereo, la hermosa Tetis de pies argénteos, y el gran héroe Peleo, los inmortales dioses, siempre predispuestos a una buena fiesta -es lo que tiene ser un dios, que uno se aburre olímpicamente y cualquier excusa es buena para organizar nuevas diversiones, a saber: rapto, adulterio, guerra entre humanos, castigo ejemplar, etc.,- decidieron montar una por todo lo alto, con buena comida -nada mejor en estos casos que el néctar y la ambrosía-, música, baile, discursitos y demás entretenimientos propios de la ocasión.

Allí se encontraban todos los Olímpicos, acompañados cada uno de ellos por sus preferidos: Zeus junto a Ganímedes; Apolo con sus Musas; Dionisos y Ariadna con su séquito de sátiros y ninfas; Ares con Afrodita aprovechando que Hefesto estaba distraído; Atenea, Ártemis, etc. Sin embargo, no sabemos si por descuido o con intención de evitar altercados, no fue invitada al evento la antipática Eris, pero no siempre es posible evitar lo inevitable, aunque se trate, como aquí, de dioses todopoderosos y, además, si no aparece por allí la susodicha, Homero hubiera pasado a engrosar la lista de poetas en paro, porque sin guerra de Troya que cantar, ya me dirás qué tipo de hexámetros podía componer…

Cuenta el mito que Eris, indignada por tal falta de aprecio de sus congéneres, incluido su admirado Ares, al que siempre acompaña (¿por qué será?), esperó el momento oportuno y, cuando ya todos habían bebido suficiente néctar, del cual desconocemos su graduación alcohólica, pero la imaginamos elevada, al nivel del vodka, ginebra, güisqui y demás sucedáneos destinados al consumo humano, decidió lanzar en medio de la sala de banquetes una manzana de oro con la siguiente inscripción: “PARA LA MÁS HERMOSA”. ¡Menuda se organizó! ¡La de Troya..! Al instante, las divinas y, por qué no decirlo, vanidosas Hera, Atenea y Afrodita se abalanzaron sobre la fruta, dando por sentado las tres que iba dedicada a ellas de parte de algún apuesto admirador y, al no ponerse de acuerdo, se dirigieron a Zeus que, a la sazón, había enviado a Ganímedes a preparar más néctar y estaba persiguiendo a unas cuantas inocentes ninfas de esas que tanto le gustan. ¡No veas qué cara cuando las vio aparecer! El pobre hombre (perdón dios) se recompuso como pudo; veamos: cetro en la mano derecha, rayos en la izquierda, el águila quieta a los pies, la corona en la cabeza, Hermes controlado por si las moscas…, ola kala (o lo que es lo mismo O.K.), listos, se sienta muy digno en el trono y les pregunta qué desean. Empiezan las tres a hablar a la vez y aquello era un guirigay, por fin Zeus consiguió entender que querían convertirlo en juez de aquella contienda y que tomara él la decisión de otorgar la manzana a la que lo mereciera. ¡Sí hombre! ¡Apañados estamos! Si él se decanta por alguna, por jefe de todos que sea, le puede caer una buena encima y, la verdad, prefiere que se organice una buena guerra entre humanos (después de todo a eso se van a dedicar los hombres mientras el mundo sea mundo, con o sin su ayuda) a que le caiga encima la ira de las dos perdedoras.

Por aquel entonces, un hermoso pastor, de nombre Paris (no confundir con la Hilton), pasaba la vida en el monte Ida dedicado a los placeres del amor y otros menesteres. Decidió Zeus que este sería el candidato ideal para actuar de juez, siendo, además, hijo del gran rey Príamo de Troya. Como siempre, su fiel Hermes recibió el encargo de acompañar a las tres hermosas deidades junto al pastor y exponerle los deseos del soberano dios. Dio comienzo así el primer certamen de belleza del que la historia tiene noticia. Paris, como juez único del evento, propuso visitar en privado a cada una de las tres diosas para calibrar sus encantos y, cómo no, ellas aprovecharon la circunstancia para sobornarle. Y entre el dominio del mundo que le ofrecía Hera, la sabiduría y la victoria en la guerra de Atenea y el amor de la mujer más hermosa de la tierra, regalo de Afrodita, el bello e inocente pastor, sin pensarlo dos veces, entregó la manzana a la diosa del amor, otorgándole de esta forma el título oficial de “Primera Miss Olímpica”, quedando para las otras dos los poco honoríficos de “Damas de Honor”, y ante tamaña ofensa ambas deidades declararon odio eterno al pueblo troyano.

No tardó Paris en exigir de Afrodita el cumplimiento de su promesa y la diosa, a la que le encantan todo tipo de “culebrones”, puso enseguida manos a la obra. A la sazón, era Helena de Esparta la preferida de todos, de manera que la diosa lo organizó todo para que los jóvenes pudieran conocerse y enamorarse, como así ocurrió.

El pequeño detalle de que ella estuviera casada con Menelao, rey de Esparta y hermano del poderoso Agamenón, no tenía la más mínima importancia y que el adulterio que estaba a punto de cometerse desembocara en la guerra más cruel y temible que la humanidad había conocido hasta entonces, no era cosa de la incumbencia de Afrodita… Pero esa es otra historia.

viernes, 22 de julio de 2011

Para Laura...

Fotomontaje de la canción Laura de Lluis LLach del disco Campanades a morts (1977)



Letra de la canción en catalán y en castellano.

I avui que et puc fer una cançó
recordo quan vas arribar
amb el misteri dels senzills,
els ulls inquiets, el cos altiu;
i amb la rialla dels teus dits
vares omplir els meus acords
amb cada nota del teu nom, Laura.

M’és tan difícil recordar

quants escenaris han sentit
la nostra angoixa per l’avui,
la nostra joia pel demà...
A casa enmig de tants companys,
o a un trist exili mar enllà,
mai no ha mancat el teu alè, Laura.

I si l’atzar et porta lluny,

que els déus et guardin el camí,
que t’acompanyin els ocells,
que t’acaronin els estels;
i en un racó d’aquesta veu,
mentre la pugui fer sentir,
hi haurà amagat sempre el teu so, Laura.

*****************************************

Y hoy que puedo escribirte una canción
recuerdo cuando llegaste
con el misterio de los sencillos,
inquietos los ojos, el cuerpo altivo.
Con la sonrisa de tus dedos
llenaste mis acordes
con cada nota de tu nombre, Laura.

Me es muy difícil recordar
cuantos escenarios han vivido
nuestra angustia por el hoy,
nuestra alegría por el mañana...
En casa, entre tantos compañeros,
o en un triste exilio allende el mar
nunca ha faltado tu aliento, Laura.

Y si el azar te lleva lejos

que los dioses guarden tu camino,
que te acompañen los pájaros,
que te acaricien las estrellas.
Y en un rincón de esta voz
mientras pueda hacerla oír
siempre estará escondido tu sonido, Laura.

© Edicions l'Empordà

Fuente Web site oficial de Lluis Llach

domingo, 10 de julio de 2011

En la orilla del mundo

"En la orilla del mundo" de Charlie Haden y Gonzalo Rubalcaba, una joya incluida en el disco Nocturne (2001): cinco minutos de auténtico relax. Haz clic, cierra los ojos, relájate y disfruta del placer de la buena música ...

Charlie Haden - En la orilla del mundo






Para que tú me oigas...

Poema 5 de Pablo Neruda con fondo musical Sonata claro de luna de Beethoven

viernes, 8 de julio de 2011

Concierto de fin de curso

Fragmento extraído de la "novela" autobiográfica de Fernando Vallejo El río del tiempo.

"En la sala de conciertos del Instituto de Bellas Artes fue el mío, el primero, el último, el único que di: un mísero concierto de fin de curso en que tocaban otros, y que yo cerraba con un estudio de Chopin y un impromptu de Schubert del opus noventa, en sol menor. Saludé, me senté al piano, al Steinway espléndido, y toqué el estudio que llaman revolucionario a velocidad endemoniada: notas secas, cortas, parejas, ejecución impecable, sin una nota falsa, sin alma, como debe ser. ¡Pum, pum! se acabó. Aplauso cerrado mas no me levanté a agradecer, no se me fuera a ir la buena suerte. Y ataqué el impromptu de Schubert igual, como un dardo, una saeta, derecho al alma. Ovación. Tal ovación que se soltó el aguacero. Sobre el techo de teja y lata, fervoroso, con un repitequeo unánime el cielo también se dio a aplaudir. Me incliné una sola vez, mirando a todos de reojo con una mirada ingrata que quería decir: "¡Ingenuos!" y salí del escenario..."

A continuación dos magníficas interpretaciones de Zimerman del Impromptu de Schubert




Neruda & Clayderman

La "Balada para Adelina" de Richard Clayderman pone fondo musical al Poema 10 de Pablo Neruda, incluido en su poemario Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

miércoles, 6 de julio de 2011

Romancillo de mayo

Precioso poema de Miguel Hernández que celebra la llegada de la primavera



Por fin trajo el verde Mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.

Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.

En los templados establos
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman.

La cabra cambia de pelo,
cambia la oveja de lana,
cambia de color el lobo
y de raíces la grama.

Son otras las intenciones
y son otras las palabras
en la frente y en la lengua
de la juventud temprana.

Van los asnos suspirando
reciamente por las asnas.
Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura, las auroras
parecen de puro blancas
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.

Campea Mayo amoroso;
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en el aire ronda faldas...

martes, 5 de julio de 2011

Desesperanza y melancolía

Fragmentos extraídos de la novela El túnel de Ernesto Sábato

Desesperanza
"A veces creo que nada tiene sentido. En un planeta minúsculo, que corre hacia la nada desde millones de años, nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil.
¿Sería eso verdaderamente? Me quedé reflexionando en esa idea de la falta de sentido. ¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?
Ella seguía en silencio.
-Esa escena de la playa me da miedo -agregué después de un largo rato-, aunque sé que es algo más profundo. No, más bien quiero decir que me representa profundamente a mí... Eso es. No es un mensaje claro, todavía, no, pero me representa profundamente a mí.
Oí que ella decía:
-¿Un mensaje de desesperanza, quizá?"

Melancolía
"He pasado tres días extraños: el mar, la playa, los caminos me fueron trayendo recuerdos de otros tiempos. No sólo imágenes: también voces, gritos y largos silencios de otros días. Es curioso, pero vivir consiste en construir futuros recuerdos; ahora mismo, aquí frente al mar, sé que estoy preparando recuerdos minuciosos que alguna vez me traerán la melancolía y la desesperanza.
El mar está ahí, permanente y rabioso. Mi llanto de entonces, inútil, también inútiles mis esperas en la playa solitaria, mirando tenazmente al mar. ¿Has adivinado y pintado este recuerdo mío o has pintado el recuerdo de muchos seres como vos y yo?
Pero ahora tu figura se interpone: estás entre el mar y yo. Mis ojos encuentran tus ojos. Estás quieto y un poco desconsolado, me miras como pidiendo ayuda.
María"

viernes, 1 de julio de 2011

Dalaras & Marinella

Δεν ξέρω πόσο σ' αγαπώ - No sé cuánto te amo

Δεν ξέρω πόσο σ' αγαπώ
μέτρο δεν έχει η αγάπη
είναι απ' τον ήλιο πιο ψηλά
και δεν τη φτάνει μάτι

Ήταν μια σπίθα στην αρχή
και μιας βροχής ψιχάλα
κι έγινε η σπίθα πυρκαγιά
και πέλαγος η στάλα

Η αγάπη που μας έδεσε
πόνο δε θα γνωρίσει
είμαστε δυο σταλαγματιές
από την ίδια βρύση

Ήταν μια σπίθα στην αρχή
και μιας βροχής ψιχάλα
κι έγινε η σπίθα πυρκαγιά
και πέλαγος η στάλα


Traducción:

No sé cuánto te amo
el amor no tiene medida
está más lejos que el sol
y la mirada no lo alcanza.

Era una chispa al principio
y una gota de lluvia
y la chispa se hizo incendio
y la gota mar.

El amor que nos ha unido
no nos hará daño,
somos dos gotas
surgidas de la misma fuente.

Era una chispa al principio
y una gota de lluvia
y la chispa se hizo incendio
y la gota mar.

miércoles, 29 de junio de 2011

Muerte metafórica

Muerte en el olvido

Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

Ángel González

jueves, 23 de junio de 2011

Luis Cernuda. Donde habite el olvido

Donde habite el olvido
http://www.poesia-inter.net/lc32005.htm

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis Cernuda

Castigo

Castigo

Letra: Yannis Ritzos - Traducción: Miguel Castillo Didier
Música: Patricio Anabalón
Disco: Puertos Nunca Vistos / C.E. Griegos y Bizantinos de la Universidad de Chile (2003) - Itaca / Sello Alerce (2003)

Momentos
Momentos no contados
Quietos como el sol
Incontables momentos
Momentos no contados

Después los contamos.
Con la hoja de una parra seca
Cerramos el verano.


martes, 21 de junio de 2011

Σαπφώ (Safo)

Σαπφώ (Safo) poetisa griega

Se han sumergido la luna y las Pléyades (versión de Patricio Anabalón)
Versión de Odiseas Elitis interpretada por Eleftheria Arvanitakis en Youtube









lunes, 23 de mayo de 2011

miércoles, 18 de mayo de 2011

Ovidio, poeta latino (s. I a. C.). Tristia

En los cinco libros de poesía elegíaca que forman las Tristes (¿quizá mejor Tristezas?) Ovidio, el poeta desterrado, compone emotivos versos en los que recuerda a su amada Roma. En el fragmento que sigue destaca el sentimiento de pérdida y nostalgia por lo que ya nunca será, cuando el poeta rememora la última noche antes de partir al destierro en el Ponto Euxino.




El original dice:

LIBER PRIMUS
III
Cum subit illius tristissima noctis imago,
quae mihi supremum tempus in Urbe fuit,
cum repeto noctem, qua tot mihi cara reliqui,
labitur ex oculis nunc quoque gutta meis.
iam prope lux aderat, qua me discedere Caesar
finibus extremae iusserat Ausoniae.
[...]
non aliter stupui, quam qui Iovis ignibus ictus
uiuit et est uitae nescius ipse suae.

Y en traducción propia:

Cuando se me aparece la imagen de aquella tristísima noche ,
que fue mi último momento en Roma,
cuando recuerdo la noche, en que abandoné tantas cosas queridas,
todavía ahora caen lágrimas de mis ojos.
ya se acercaba el día en que César me había ordenado
abandonar las fronteras últimas de Ausonia
[...]
quedé tan atónito como aquel que, herido por los rayos de Júpiter,
vive, pero no se da cuenta de su propia vida.

lunes, 16 de mayo de 2011

Get Real

Get real (1998)
Hermosa, tierna y romántica película sobre el amor homosexual en la adolescencia. La banda sonora genial.



viernes, 6 de mayo de 2011

viernes, 29 de abril de 2011

Friedrich Hölderlin

El profesor Jordi Llovet lee algunos versos de "El archipiélago" de Friedrich Hölderlin, primero en alemán y luego en catalán, en el programa de TV3 L'hora del lector

http://www.tv3.cat/videos/3484470/Jordi-Llovet


Un fragmento de la misma obra en traducción de Luís Díez del Corral

¡Ay, los hijos de la dicha, los devotos! ¿Vagan acaso ahora lejos
por la tierra de los padres, olvidados de los días del destino,
al otro lado del Leteo, y ningún anhelo puede hacerles volver?
¡Nunca los verán mis ojos! ¡Ay! ¿Nunca os encontrará por los mil senderos
de la tierra verdeante el que os busca, ¡figuras iguales a los dioses!,
y entendí yo, por ventura, vuestro lenguaje, vuestra leyenda tan sólo
para que mi alma siempre triste huyera
antes de tiempo hacia vuestras sombras?

Mas quiero acercarme a vosotros, allá donde crecen todavía
Pues los celestes descansan gustosos en el corazón sensible,
y siempre, como entonces, las potestades inspiradoras de grado
acompañan al hombre esforzado; y sobre los montes de la patria
descansa, impera y vive omnipresente el éter,
para que un pueblo amante, acogido en los brazos del Padre,
esté humanamente alegre, como entonces, y que un espíritu sea común a todos.

Mas, ¡ay!, nuestro linaje vaga en la noche, vive como en el Orco,
sin lo divino. Ocupados únicamente en sus propios afanes,
cada cual sólo se oye a sí mismo en el agitado taller,
y mucho trabajan los bárbaros con brazo poderoso,
sin descanso, mas, por mucho que se afanen, queda infructuoso,
como las Furias, el esfuerzo de los míseros.

Hasta que, despertando de angustioso sueño, se levante
el alma de los hombres, juvenilmente alegre, y el hábito bendito del amor,
de nuevo, como muchas veces antes entre los hijos florecientes de la Hélade,
sople en una nueva época, y el espíritu de la naturaleza,
el que viene desde lejos, el dios, se nos aparezca entre nubes doradas
sobre nuestras frentes más libres, y permanezca en paz entre nosotros.
¡Ay! ¿no vienes todavía?, y aquéllos, los nacidos divinos,
continúan viviendo, ¡oh día!, solitarios en lo profundo
de la tierra, mientras una primavera, siempre viviente,
apunta sobre la cabeza de los mortales, sin que nadie la cante.
¡Pero no por más tiempo! Ya oigo a lo lejos el canto coral
del día de fiesta sobre la verde colina y el eco del bosquecillo,
donde se levanta el pecho de los adolescentes, donde se funde
sosegadamente el alma del pueblo en la más libre canción en honor del dios,
al que corresponde la altura, mas para quien los valles también son sagrados;
pues allá donde gozosa se apresura el agua con creciente juventud
entre las flores del campo, y donde maduran en llanuras soleadas
el noble trigo y los árboles frutales, se coronan contentos
para la fiesta los devotos; y sobre la colina de la ciudad resplandece,
igual que una vivienda humana, el pórtico celeste de la alegría.

Pues toda la vida se ha llenado de sentido divino,
y, perfeccionando todo, vuelves a aparecer, como entonces, por todas partes
ante tus hijos, ¡oh naturaleza!, y, como de montaña rica en manantiales,
fluyen de aquí y de allá bendiciones sobre el alma germinante del pueblo.

Luego, luego, ¡oh vosotras, alegría de Atenas!, ¡vosotras, hazañas de Esparta!
¡deliciosa primavera de Grecia! Cuando venga vuestro otoño,
cuando volváis, maduros, ¡vosotros, todos los espíritus del pasado!
—¡pues he aquí que está cerca el cumplimiento del año!—,
que os alcance la fiesta también a vosotros, ¡días pretéritos!
¡Mire el pueblo hacia Grecia, y, llorando y agradeciendo,
sosiéguese en los recuerdos el orgulloso día del triunfo!

Pero floreced mientras tanto, hasta que maduren nuestros frutos,
floreced, entre tanto, solamente vosotros, ¡jardines de Jonia!
¡Y vosotras, graciosas yedras de las ruinas de Atenas,
encubrid la tristeza al día que contempla!
Coronad con follaje eterno, ¡vosotros, bosques de laureles!,
las colinas de vuestros muertos, allá junto a Maratón,
donde los jóvenes murieron venciendo; ¡ay!, allá en los campos de Queronea,
donde con armas huyeron los últimos atenienses,
eludiendo el día de la ignominia; allá, allá bajan de los montes
todos los días lamentos al valle de la batalla; ¡allá descendéis vosotras,
aguas caminantes, desde las cumbres del Oetas, cantando la canción del destino!

Pero tú, inmortal, aunque ya no te festeje la canción de los griegos,
como entonces, resuena a menudo, ¡oh dios del mar!,
con tus olas en mi alma, para que prevalezca sin miedo el espíritu
sobre las aguas, como el nadador, se ejercite en la fresca
dicha de los fuertes, y comprenda el lenguaje de los dioses,
el cambio y el acontecer; y si el tiempo impetuoso
conmueve demasiado violentamente mi cabeza, y la miseria y el desvarío
de los hombres estremecen mi alma mortal,
¡déjame recordar el silencio en tus profundidades!

miércoles, 13 de abril de 2011

No te rindas

Mario Benedetti (Uruguay, 1920-2009)
No te rindas



No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma
aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
porque lo has querido y porque te quiero
porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.
abrir las puertas,
quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron,
vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa,
ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos
desplegar las alas
e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.

lunes, 11 de abril de 2011

Virginia Woolf The Waves

Virginia Woolf (1882-1945), The Waves

Sources: ebooks Adelaide, Project Gutenberg Australia

'Let us now crawl,' said Bernard, 'under the canopy of the currant
leaves, and tell stories. Let us inhabit the underworld. Let us
take possession of our secret territory, which is lit by pendant
currants like candelabra, shining red on one side, black on the
other. Here, Jinny, if we curl up close, we can sit under the
canopy of the currant leaves and watch the censers swing. This is
our universe. The others pass down the carriage-drive. The skirts
of Miss Hudson and Miss Curry sweep by like candle extinguishers.
Those are Susan's white socks. Those are Louis' neat sand-shoes
firmly printing the gravel. Here come warm gusts of decomposing
leaves, of rotting vegetation. We are in a swamp now; in a
malarial jungle. There is an elephant white with maggots, killed
by an arrow shot dead in its eye. The bright eyes of hopping
birds--eagles, vultures--are apparent. They take us for fallen
trees. They pick at a worm--that is a hooded cobra--and leave it
with a festering brown scar to be mauled by lions. This is our
world, lit with crescents and stars of light; and great petals half
transparent block the openings like purple windows. Everything is
strange. Things are huge and very small. The stalks of flowers
are thick as oak trees. Leaves are high as the domes of vast
cathedrals. We are giants, lying here, who can make forests
quiver.'

domingo, 10 de abril de 2011

Ver aduenit (Llega la primavera)

Perséfone retorna del Hades y vuelve a la luz, junto a Deméter, su madre, Iovi gratias.

Versión del mito de Deméter y Perséfone, por Mamen Aznar

Cuenta la antigua leyenda que, un buen día, el temible Hades, aburrido del inframundo y con deseos de echar una cana al aire, se dio un garbeo por Sicilia, vio allí a Perséfone, que estaba recogiendo flores acompañada de algunas ninfas (¿por qué será que siempre que una doncella casta y pura es raptada por alguno de esos impresentables dioses está recogiendo flores?) y, al punto, quedó perdidamente enamorado de ella; las malas lenguas dicen que, muy posiblemente, en este súbito enamoramiento haya intervenido nuestro querido Eros, incitado, como siempre, por su hermosa mamá. El caso es que, siendo Hades un dios, y hermano, además, del de los truenos, sin encomendarse ni al de arriba ni a sí mismo, tomó lo que no era suyo ni le correspondía y se llevó a la pobre muchacha a sus guaridas infernales. En este punto de la leyenda no hay unanimidad de opiniones, dicen algunos que la muchacha llamó a gritos a su madre para que la salvara, pero otros no comentan nada sobre este delicado asunto, lo que nos lleva a pensar que, a lo mejor, Perséfone no estaba del todo disgustada con el tema del rapto y no somos nosotros quiénes para meternos en los asuntos de los dioses, que ya tenemos bastante con lo nuestro, y Zeus nos libre de opinar…

La cuestión es que, con la aquiescencia del todopoderoso hermano, Hades y Perséfone lo debieron pasar estupendamente aquella y las siguientes noches, unidos en ardoroso abrazo, porque también hay quien dice (las habladurías de siempre) que la niña prefería quedarse con el amante antes que volver con su mamá. La verdad es que, si hacemos un ejercicio de sinceridad, la comprendemos absolutamente, porque mira que las mamás son pesadas…, aunque sean diosas, y, además, eso de tener como amante a todo un dios no es de esas cosas que a una le ocurran todos los días (¡fíjate qué envidia cuando se lo cuente a sus amigas!).

Pero dejemos por el momento a los amantes dedicados a sus quehaceres y vayamos a ver a Deméter, la susodicha madre de la criatura. De entrada hace un frío que pela y no podemos ni desayunar un triste tazón de cereales, porque la buena señora ha decidido que, hasta que alguien no le solucione el asunto de la hija raptada, ella se va de vacaciones a Eleusis, para instituir no se qué de unos misterios, y no piensa atender sus obligaciones, a saber: dar su bendición a los campos. La tierra queda sin vida y el género humano está a punto de extinguirse aunque, por una vez y sin que sirva de precedente, los culpables no sean los de siempre. Ante tamaño problema, a Zeus no le queda otro remedio que tomar cartas en el asunto, entre otras cosas porque ¿a qué inocente criatura mortal iba a raptar de ahora en adelante para satisfacer sus deseos de aventuras extra conyugales? Manos a la obra, llama primero a su mensajera Iris para que se entreviste con Deméter, convencido de que asuntos tan delicados como este es mejor que se traten entre mujeres. Iris, obediente como siempre, habla con la diosa y la insta a volver al Olimpo, le pide que entienda que a los hijos hay un momento en que se les debe dejar volar solos, que es algo natural, que forma parte de la propia genética, etc., etc., etc.… Zeus, sin embargo, viendo el cariz que está tomando el asunto, por si acaso, se guarda un plan B, y para eso ahí está Hermes, su fiel mensajero, al que manda hablar con Hades. Pero éste, perro viejo como es, (y ya se sabe que más sabe el diablo por viejo que por diablo), viendo la que se le viene encima, le ofrece a su amada unos granos de granada y ella, lógicamente y visto lo visto, los come gustosa (¡mira que si no se los come y nos quedamos sin mito!), de manera que queda ligada para toda la eternidad a las mansiones subterráneas.

¡Menos mal que estaba ahí Hermes para solucionarlo todo! El encantador embaucador acompaña a la niña a ver su madre para que le explique lo que ha ocurrido y, finalmente, y tras duras negociaciones, llegan a una “entente cordiale”: Perséfone se lo pasará bien una parte del año con su amante y la otra parte se sacrificará y hará compañía a su mamá para que ésta cumpla con su cometido y las estaciones se sucedan, como debe ser y está estipulado desde que el mundo es mundo.

Tal día como hoy la pobre Perséfone debe estar la mar de aburrida acompañando a mamá, pero a mí me encanta que haya llegado la primavera. Celebrémosla.

viernes, 8 de abril de 2011

La fuerza del destino


Fragmento extraído de El fuego secreto, incluída en la "novela" autobiográfica de Fernando Vallejo El río del tiempo.

¡Qué de candidez e ilusiones! ¡Cuánta estampita de primera comunión que amarilleó el tiempo! Rota, agujereada, apolillada... Sacratísimos doctores de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y de la doctrísima Universidad Javeriana de Bogotá, señor rector, señor decano, señoras, señores: El libre albedrío es ilusión, mera falacia. Por más que arrojen a Edipo a los lobos el niño crecerá, y matará a su padre, desposará a su madre, se vaciará los ojos. El destino está escrito en el cielo y escrito con sangre. Mi hermano Manuel será lo estipulado, y nada más, como he sido el que soy. En el gran tinglado de palacios y miserias los dioses mueven sus muñequitos disfrazados de reyes y pordioseros con hilos que a trasluz alcanzo a adivinar. Muñequitos de trapo y de latón, títeres infautados que se creen que se mueven solos, sin nadie atrás. No hay infinitos caminos, eminentes doctores, sólo hay un camino único para cada quién, y aunque soñemos que da curvas, que vuelve atrás, que lo podemos desviar, avanza recto, sin una sola encrucijada de elección.

La forza del destino. Giuseppe Verdi

jueves, 7 de abril de 2011

"Credo Deum esse "


Fragmento extraído de Los caminos a Roma, incluída en la "novela" autobiográfica de Fernando Vallejo El río del tiempo.

Los que hemos hecho el curso de la vida en la calle de Junín quedamos condenados de por vida, sin remedio. No vemos otro fin, otra razón de esta historia necia que el amor, que le da sentido. Y si el amor no existe lo inventamos, como el padre Tomasino inventa a Dios. "No es lo mismo", dice el padre. "Sí es lo mismo", digo yo. Dios es como el amor: está dentro del que lo necesita. "Dios no está adentro, está afuera". "Yo afuera nunca lo he visto: si acaso lo presiento en usted". Y acuérdese de la frase elemental de la sintaxis latina: "Credo Deum esse": una principal y una subordinada. Yo estoy en la principal, en el "credo"; Dios en la subordinada. Y como usted bien sabe, padre, que tanto sabe latín, sin principal nunca hay subordinada. Ni hay amo sin criado ni rey sin esclavo y donde hay desierto hay espejismo. Así que saque la conclusión. Enrojecido por la buena salud y la buena mesa y la falta de pecado y el esfuerzo de pensar, el padre Tomasino afirma tajante: "Deus est". Y yo: "Eso cree usted".