lunes, 1 de agosto de 2011

Cubanos

¡Oh, la idiosincrasia!

El siguiente texto fue tomado de una revista Selecciones de 1949
Su autor es el vasco Sardamelio Bonceñigo y Arbsturdiayrria

Preguntósele una vez al profeta: - ¿Maestro, qué cree Ud. de los cubanos?.

Recogió el Patriarca en un puño su inmaculada túnica, frunció el ceño y con voz trémula dijo:

-Los cubanos están entre vosotros pero no os pertenecen, pues no son de vosotros. Los cubanos beben en una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y ríen de su música; toman en serio los chistes y hacen de todo lo serio un chiste; creen en Dios, en Changó, en la Ouija, en la Charada y en el Horóscopo al mismo tiempo. Creen en todo y no creen en nada.

-¡No oséis discutir con ellos jamás! Los cubanos nacen con la sabiduría propia y no necesitan leer, todo lo saben. No necesitan viajar, todo lo han visto. Los cubanos son el Pueblo Elegido… por ellos mismos. Se caracterizan individualmente por su simpatía e inteligencia, y en grupos por su escandalera y apasionamiento. Cada uno de ellos lleva en si, la chispa del genio... y ya se sabe que los genios no se llevan bien entre sí; de ahí que reunir a los cubanos es muy fácil, pero unirlos es imposible.

Jamás habléis de lógica con los cubanos, pues ésta implica razonamiento y mesura, y ellos, son hiperbólicos y desmesurados. Si os invitan a comer, no es "al mejor restaurante del pueblo", sino "al mejor restaurante del mundo". Cuando discuten, jamás dicen: "No estoy de acuerdo con Ud.", sino "Está Ud. completamente equivocado".

Poseen marcadas tendencias antropofágicas, pues decir: "Se la comió", es signo de admiración. "Comerse un cable o comer soga", es señal de situación crítica y llamar a cualquier persona "Comemierda", es su más usual y lacerante insulto. Los cubanos son tan amantes de las contradicciones que llaman "monstruos" a las mujeres hermosas y "bárbaros" a los eruditos.

Son capaces de ofrecer soluciones antes de conocer los problemas, por eso acuñan la frase de: "No hay problema (aunque se estén muriendo de hambre). Cuando visité su Isla me admiró el hecho de que cualquier cubano sabía como encauzar económicamente América Latina, como eliminar el hambre de los pueblos africanos, como liquidar el comunismo y como enseñar a los rusos y a los americanos a ser potencia mundial. Cuando quise predicar mis ideas, comenzaron por indicarme, pletóricos de bondad, como debía comportarme para ser un buen predicador y de que forma debía expresar mis ideas para hacerme más asequible…

Después se quejan, se asombran, se molestan y se insultan porque nadie (excepto ellos mismos) comprenden cuan simples y evidentes son sus fórmulas… así viven en cualquier parte del planeta, sin acertar a entender por qué la gente no habla ni entiende su puñetero español.