lunes, 17 de diciembre de 2012

J.M. Coetzee - El maestro de Petersburgo

El gran narrador J.M. Coetzee, merecido Premio Nobel de Literatura en 2004, escribe El maestro de Petersburgo, en 1994. Se trata de una obra de ficción ambientada en la Rusia revolucionaria de 1869, cuyos protagonistas principales son dos personajes históricos, el anarquista Serguei Nechaev y el gran novelista ruso Fiodor Dostoiesvski. La novela combina tintes detectivescos y de misterio con un espléndido retrato psicológico de los personajes así como social de esa época convulsa de finales del XIX. 
Muy recomendable



sábado, 20 de octubre de 2012

Calidoscopi Montalbán

Espléndido documental emitido el viernes 19 de octubre en el Canal 33 de TV3 sobre la figura de Manuel Vázquez Montalbán. 
El comisario Salvo Montalbano, personaje literario de Andrea Camilleri, actúa como hilo conductor para realizar un recorrido por la vida del polifacético Vázquez Montalbán: periodista, novelista, poeta, militante político, gastrónomo, amante del fútbol y, en definitiva, no sólo un gran artista, sino un gran hombre.

"Los mejores son siempre los que se van primero"

viernes, 19 de octubre de 2012

Mis certezas desayunan dudas...



La pálida (E. Galeano - El Libro de los Abrazos)

Mis certezas desayunan dudas. Y hay días en que me siento extranjero en Montevideo y en cualquier otra parte. En esos días, días sin sol, noches sin luna, ningún lugar es mi lugar y no consigo reconocerme en nada, ni en nadie. Las palabras no se parecen a lo que nombran y ni siquiera se parecen a su propio sonido. Entonces no estoy donde estoy. Dejo mi cuerpo y me voy, lejos, a ninguna parte, y no quiero estar con nadie, ni siquiera conmigo, y no tengo, ni quiero tener, nombre ninguno: entonces pierdo las ganas de llamarme o ser llamado.



lunes, 25 de junio de 2012

Medio pan y un libro

Discurso pronunciado por Federico García Lorca en su pueblo, Fuente Vaqueros, Granada, en septiembre de 1931. Ochenta años después, la vigencia de estas palabras continúa intacta.

"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. «Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre», piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.
"Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.
"No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.
"Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?
"¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: «amor, amor», y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: «¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!». Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.
"Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: «Cultura». Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz".

jueves, 17 de mayo de 2012

Solos en el universo

Luis Eduardo Aute

Dos o tres segundos de ternura del disco "20 canciones de amor y un poema desesperado" 1986


Estoy pasando un bache,
un revés, un agujero,
un no sé qué me ocurre
que ni yo mismo me entiendo...
No me apetece nada,
nada más que estar adentro,
pero no de tu vientre
sino de tus sentimientos.
Quisiera que supieras
que no tengo otro deseo
que estar entre tus brazos
como quien pide consuelo,
sentirte toda mía,
sin lujurias ni misterios,
como siento la sangre
que circula por mi cuerpo.

No me hace falta la luna
ni tan siquiera la espuma,
me bastan solamente dos
o tres segundos de ternura.


A veces me pregunto
si no me causa respeto
el paso de los años
desgastando nuestros besos
así como el derroche
de algo más que mucho tiempo
sin vernos un instante
más allá de los espejos.
Por eso necesito,
aunque sé que es un exceso,
que tus ojos me digan
algo así como: de acuerdo,
estoy aquí a tu lado
para que no tengas miedo
al miedo de estar solos,
solos en el universo.

jueves, 10 de mayo de 2012

Poesía y teatro subversivos

Fragmento extraído de Los hijos de los días, de Eduardo Galeano

El arte no tiene edad
En el año 1633, día más, día menos, nació Gregório de Matos, el poeta que mejor sabía tomarle el pelo al Brasil colonial.
En 1969, en plena dictadura militar, el comandante de la sexta región denunció por subversivos sus poemas, que dormían el sueño de los justos desde hacía tres siglos en la biblioteca de la Secretaría de Cultura de la ciudad de San Salvador de Bahía, y los arrojó a la hoguera.
En 1984, en un país vecino, la dictadura militar del Paraguay prohibió una obra que iba a estrenar el teatro Arlequín, por tratarse de un panfleto contra el orden, la disciplina, el soldado y la ley. Hacía veinticuatro siglos que la obra, Las Troyanas, había sido escrita por Eurípides.

Representación de Las Troyanas en Mérida (junio 2008)
Las Troyanas es un duro alegato contra la guerra. El mensaje que contienen sus páginas sigue vigente: la guerra trae consigo destrucción, locura, violencia y, como Eurípides demuestra, siempre son los más débiles, mujeres y niños en este caso, los que sufren sus peores consecuencias.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Mayo - Augusto Blanca

"Mayo" de Augusto Blanca, en colaboración con Patricio Anabalón y Waldo Leyva


No puedo dormir, y llueve.
Un gato reclama lunas,
se moja triste, suicida.
Mi barquito fantasmita
pide también aventuras.

Mayo llega en aguacero,
trae una brisa ligera
que acaricia mi ventana,
y llueve.

No puedo dormir, y llueve.
El agua parece canto,
serenata enamorada,
mi paloma mensajera,
hoy decidió vacaciones.

Las flores están de fiesta,
las luciérnagas de duelo.
La tierra está agradecida y...
llueve.

Yo, sin embargo, no duermo,
no por lirios ni por cantos,
no por el gato suicida,
ni el barquito fantasmita.

No puedo dormir, no puedo,
porque llueven los recuerdos,
que no se dan por vencidos,
que no me dejan, que vuelven
cuando llueve.

martes, 1 de mayo de 2012

Eduardo Galeano - Los hijos de los días

Fragmento extraído de Los hijos de los días, el último libro del gran Eduardo Galeano

Día de los trabajadores

Tecnología del vuelo compartido: el primer pato que levanta vuelo abre paso al segundo, que despeja el camino al tercero, y la energía del tercero alza al cuarto, que ayuda al quinto, y el impulso del quinto empuja al sexto, que presta viento al séptimo...
Cuando se cansa, el pato que hace punta baja a la cola de la bandada y deja su lugar a otro, que sube al vértice de esa V que los patos dibujan en el aire. Todos se van turnando, atrás y adelante; y ninguno se cree superpato por volar adelante, ni subpato por marchar atrás.


jueves, 19 de abril de 2012

El lenguaje

Fragmento extraído de Patas arriba. La escuela del mundo al revés de Eduardo Galeano

Unos antropólogos recorren los campos colombianos de la costa del Pacífico, en busca de historias de vida. Y un viejo les pide:
-No me graben a mí, que hablo muy feo. Mejor a mis nietos.
Muy lejos de allí, otros antropólogos recorren los campos de la isla de Gran Canaria. Y otro viejo les da las buenas horas, les sirve café y les cuenta historias alucinantes con las más sabrosas palabras. Y les dice:
-Nosotros hablamos feíto. Ellos sí que saben, los muchachos.
Los nietos, los muchachos, los que hablan bonito, hablan como la tele.

Sueño con serpientes

Silvio Rodríguez - Sueño con serpientes (Días y flores, 1975)
Introducción de Bertolt Brecht



"Hay hombres que luchan un día
y son buenos.
Hay otros que luchan un año
y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años
y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles".

Bertolt Brecht

Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
lo que puedan arrebatarle al amor.

Oh, la mato y aparece una mayor.
Oh, con mucho más infierno en digestión.

No quepo en su boca, me trata de tragar
pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar
una paloma y la enveneno de mi bien.

Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
y planteo con un verso una verdad.

sábado, 14 de abril de 2012

Elogio de la imaginación

Fragmento extraído de Patas arriba. La escuela del mundo al revés de Eduardo Galeano

Hace unos años, la BBC preguntó a los niños británicos si preferían la televisión o la radio. Casi todos se pronunciaron por la televisión, lo que fue algo así como comprobar que los gatos maúllan o que los muertos no respiran. Pero entre los poquitos niños que eligieron la radio, hubo uno que explicó:
-Me gusta más la radio, porque por radio veo paisajes más lindos.

jueves, 12 de abril de 2012

Romance de la luna, luna

"Romance de la luna, luna" de Federico García Lorca interpretado por Paco Ibáñez



La luna vino a la fragua
Con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
-Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡ay, como canta en el árbol!
por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.

miércoles, 11 de abril de 2012

El poder politico

Fragmento extraído de Patas arriba. La escuela del mundo al revés de Eduardo Galeano

No se necesita ser un experto politólogo para advertir que, por regla general, los discursos sólo cobran su verdero sentido cuando se los lee al revés. Pocas excepciones tiene la regla: en el llano, los políticos prometen cambios y en el gobierno cambian, pero cambian ... de opinión. Algunos quedan redondos, de tanto dar vueltas; produce tortícolis verlos girar, de izquierda a derecha, con tanta velocidad. ¡La educación y la salud, primero!, claman como clama el capitán del barco: ¡Las mujeres y los niños, primero!, y la educación y la salud son las primeras en ahogarse.

domingo, 25 de marzo de 2012

Bertrand Russell

"Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer lo posible imposible"

Bertrand Russel (1872-1970)

martes, 20 de marzo de 2012

Amor, dolor, muerte...

Miguel Hernández
El rayo que no cesa, 1936

No me conformo, no: me desespero
como si fuera un huracán de lava
en el presidio de una almendra esclava
o en el penal colgante de un jilguero.

Besarte fue besar un avispero
que me clava al tormento y me desclava
y cava un hoyo fúnebre y lo cava
dentro del corazón donde me muero.

No me conformo, no: ya es tanto
y tanto idolatrar la imagen de tu beso
y perseguir el curso de tu aroma.

Un enterrado vivo por el llanto,
una revolución dentro de un hueso,
un rayo soy sujeto a una redoma.

El Soneto cantado por Carlos de Abuín

sábado, 17 de marzo de 2012

Luis Cernuda. Si el hombre pudiera decir

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.


El poema en la voz de Luis Cernuda

jueves, 15 de marzo de 2012

Libertad, de Jonathan Franzen

Jonathan Franzen, en su novela Libertad, dibuja unos personajes que buscan la libertad, la felicidad, su lugar en el mundo… y todos cometen errores que marcarán sus vidas; existen entre ellos relaciones tormentosas que acabarán saliendo a la luz y descomponiendo el “statu quo” de la familia.

Patty, la principal protagonista, lleva años casada con Walter, pero desde que era adolescente, siente una irresistible atracción por Richard, el mejor amigo de Walter. En un momento determinado, ambos están solos en la casa de campo de la pareja y, durante la noche, Patty, fingiéndose sonámbula, se mete en la cama de Richard y hacen el amor. Al día siguiente, mantienen la siguiente conversación:

Richard se sentó en la mesita y fumó con gran determinación.

-No tenemos que hacer esto nunca más –dijo.

A ella se le escapó otra risita burlona; no pudo contenerse.

-O quizá sólo un par de veces y luego ya nunca más.

-Ya, ¿y eso adónde nos lleva?

-Cabe la posibilidad de que así nos quitemos las ganas, y ahí se acabe todo.

-No es así como van estas cosas, según mi experiencia.

-Bueno, supongo que tendré que rendirme a tu experiencia, ¿no? Puesto que yo no la tengo.

-He aquí la alternativa –dijo Richard-: cortamos ya o dejas a Walter. Y como esto último no es aceptable, cortamos ya.

-O, tercera posibilidad, no cortamos y yo sencillamente no se lo cuento.

-Yo no quiero vivir así. ¿Y tú?

-Es cierto que dos de las tres personas a las que él más quiere en el mundo somos tú y yo.

[…]

-Oye –le dijo a Richard-, ¿crees que es posible que seas homosexual?

-¿Y me lo preguntas ahora?

-No lo sé. Es sólo que a veces los tíos que necesitan tirarse a un millón de mujeres intentan demostrar algo. Desmentir algo. Y a mí me da la impresión de que te importa más la felicidad de Walter que la mía.

-Una cosa puedes tener por segura: no siento el menor interés en besar a Walter.

-No, eso ya lo sé. Lo sé. Pero me refiero a otra cosa. Es decir, seguro que pronto te cansarías de mí. Me verías desnuda a los cuarenta y cinco años, y pensarías: Mmm, ¿aún deseo esto? ¡Creo que no! En tanto que, como no te apetece besar a Walter, nunca tienes por qué cansarte de él. Puedes mantener siempre una relación estrecha con él.

martes, 21 de febrero de 2012

El águila y el halcón

Versión libre de la leyenda del águila y el halcón, por Mamen Aznar

Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que Toro Bravo, el más valiente, noble y joven guerrero de la tribu, y Nube Blanca, la bella hija del jefe, se amaban profundamente. Sentían un amor tan intenso el uno por la otra que el temor de que un día pudieran dejar de amarse no les permitía vivirlo con toda la intensidad de la que ese amor era merecedor. Decidieron, por fin, acudir al viejo hechicero de la tribu, seguros de que con su sabiduría el venerable anciano les proporcionaría toda la ayuda de que fuera capaz.

Así lo hicieron, tiernamente abrazados llegaron a la tienda del hechicero, que los miró emocionado al verlos tan jóvenes, bellos y enamorados.

-¿Qué deseáis? ¿Qué queréis de mí?, -les preguntó el viejo y sabio chamán.

-Venerable anciano -contestó Toro Bravo-, Nube Blanca y yo nos amamos desde que éramos niños. Queremos casarnos y compartir nuestras vidas hasta el día en que la gran diosa madre nos reclame de nuevo a su lado. Sin embargo, en nuestras almas hay un desasosiego continuo que no deja que nuestra felicidad sea completa.

-Tememos -añadió Nube Blanca- que algún día este amor que nos une pueda desaparecer, y eso no nos deja vivir en paz.

-¿Querrás, con tu inmensa bondad -continuó Toro Bravo-, realizar un hechizo o entregarnos un talismán que conjure nuestros temores?

El anciano los observó fijamente durante un largo tiempo y, finalmente, les dirigió estas palabras:

-Existe un hechizo para vuestros pesares, sin embargo, para llevarlo a cabo deberéis cumplir una tarea ardua y peligrosa…

-No nos importa -respondieron los enamorados al unísono-, estamos dispuestos a cualquier cosa con tal de que nuestro amor no tenga fin.

-De acuerdo entonces -dijo el viejo-, si eso es lo que queréis os explicaré lo que debéis hacer.

-Primero tú, pequeña –habló el anciano dirigiéndose a Nube Blanca-, ¿conoces el monte sagrado situado al norte de nuestra aldea? Pues bien, tu misión es la siguiente; deberás alcanzar su cima tú sola, sin otras armas que tus manos y una red. Y una vez hayas conseguido llegar a la cumbre, habrás de cazar el halcón más fuerte y hermoso de los que allí anidan. Después lo traerás aquí con vida el tercer día después de la luna llena.

-En cuanto a ti, Toro Bravo –continuó el hechicero mientras clavaba su mirada en el joven guerrero-, te dirigirás hacia el sur, hasta llegar a la montaña del trueno, cuando arribes, de la misma manera que tu amada Nube Blanca, alcanzarás su cima sólo con tus manos y allí deberás buscar el águila más hermosa, atraparla con una red y traerla viva el mismo día en que Nube Blanca debe venir con su halcón.

-Eso es todo –añadió-, ahora podéis partir a cumplir vuestras misiones.

Los jóvenes salieron un tanto perplejos de la tienda del anciano, pues no entendían cómo esas tareas que les habían sido encomendadas habrían de conseguir que su amor llegara a ser eterno, sin embargo, la confianza que sentían por el hechicero era tal, que no osaron ni siquiera plantearse las dudas que les embargaban. Así pues, simplemente se miraron tiernamente a los ojos, se dieron un largo y profundo abrazo y, tras desearse suerte, partieron, ella al norte y él hacia el sur, para llevar a cabo su misión.

Iniciaron su viaje en direcciones opuestas, sin mirar hacia atrás, con la seguridad que les proporcionaba su mutuo amor. Ambos llegaron al pie de sus respectivos montes a la misma hora, cuando ya anochecía, y, como si se hubieran puesto de acuerdo, cada uno de ellos preparó un pequeño campamento en el que pasar la noche. Mientras la luna llena les contemplaba, recitaron sus plegarias a los dioses pidiéndoles protección y, casi al mismo tiempo, se durmieron pensando cada uno en el otro. Era tal la unión de los amantes que parecía sus almas estuvieran en contacto directo, de manera que no necesitaban verse ni oírse para sentir al otro en su corazón.

Cuando despertó la Aurora, tiñendo de rosa el horizonte, Toro Bravo y Nube Blanca despertaron al unísono y contemplaron el maravilloso espectáculo que la Naturaleza les ofrecía. Sus corazones se llenaron de anhelos y esperanzas y, sin temor alguno, se dispusieron a escalar sendos montes sin más utensilios que sus propias manos. Anochecía cuando cada uno de ellos llegó a la cima y, como el día anterior, se prepararon para pasar la noche, sabiendo que, a la mañana siguiente, les esperaba la prueba más importante de todas.

Así fue, amaneció de nuevo y llegó el momento tan esperado. Nube Blanca buscó en el cielo y, por fin, divisó un halcón fuerte y vigoroso, el más hermoso de todos, y con la ayuda de una red consiguió cazarlo sin herirlo y lo introdujo en su bolsa. Por su parte, Toro Bravo encontró el águila más brava y la cazó sin hacerle un solo rasguño. Iniciaron entonces el regreso a la aldea llenos de gozo por el éxito de su misión.

Habían ya pasado tres días después de la luna llena y, tal como habían acordado, los dos jóvenes se reencontraron ante la tienda del viejo hechicero. Los ojos de ambos brillaban repletos de ilusión cuando entraron en el interior y depositaron sus bolsas a los pies del anciano. Este extrajo las aves y las observó atentamente.

-¡Qué hermosos ejemplares –exclamó el sabio-, ¿volaban alto? ¿Las habéis atrapado sólo con la ayuda de una red?

-Así es –contestaron ambos-, lo hemos cumplido todo tal y como tú nos pediste que hiciéramos.

¿Y ahora –preguntó Toro Bravo- debemos sacrificarlas para beber su sangre y comer su carne?

Nada de eso –respondió el viejo brujo-. Ha llegado el momento del conjuro; tomad estas cintas de cuero, amarrad las aves una a otra por las patas y, a continuación, soltadlas para que vuelen libres.

Los enamorados, sorprendidos, hicieron lo que el anciano les había ordenado y soltaron las aves. Entonces vieron como el águila y el halcón intentaban levantar el vuelo, pero sólo conseguían dar pequeños saltos para acabar revolcándose por el suelo. Después de varios minutos, las aves, irritadas ante la imposibilidad de volar, arremetieron una contra otra, dándose picotazos hasta lastimarse.

-Este es el conjuro –dijo entonces el anciano-. No olvidéis nunca lo que acabáis de ver. Vosotros sois como el águila y el halcón: si os atáis el uno al otro, aunque sea por amor, viviréis arrastrándoos y, finalmente, acabaréis lastimándoos. Si queréis que vuestro amor perdure, volad juntos, pero jamás atados.

lunes, 30 de enero de 2012

J.M. Coetzee - Verano

Poesía vs. Prosa

En su fascinante, espléndida y sorprendente “autobiografía” Verano, Coetzee reflexiona sobre el efecto catártico de la poesía frente a la prosa…

“Un hombre, un escritor, lleva un diario en el que anota pensamientos, ideas, hechos de importancia.
El rumbo de su vida se tuerce. “Un mal día”, escribe en su diario, sin explicar los motivos. Y un día tras otro anota lo mismo.
Cansado de calificar cada jornada de mal día, decide limitarse a señalar los días malos con un asterisco […]
Los días malos se amontonan, los asteriscos se multiplican como una plaga de moscas.
La poesía, si fuese capaz de escribirla, podría llevarle a la raíz de su desazón, esa desazón que florece en forma de asteriscos. Pero el manantial poético en su interior parece haberse secado.
Tiene el recurso de volver a la prosa. En teoría, la prosa puede realizar la misma función purificadora que la poesía. Pero él duda de que así sea. Según su experiencia, la prosa pide muchas más palabras que la poesía. No tiene sentido embarcarse en la prosa si uno no confía en que al día siguiente estará vivo para proseguir con la tarea.
Juega con esta clase de pensamientos, acerca de la poesía y de la prosa, como una manera de no escribir”.