miércoles, 6 de agosto de 2014

Ante el dolor de los demás, de Susan Sontag

Ante el dolor de los demás, de Susan Sontag
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Las imágenes de la violencia y la guerra se han convertido, a través de la pequeña pantalla, en lugares comunes. Susan Sontag nos descubre las implicaciones y los peligros que esto tiene para la sociedad contemporánea. Ya no podemos ser inocentes, somos testigos. Y este planteamiento desemboca en cuestiones fundamentales: la manera en que las imágenes pueden generar rebeldía, fomentar la agresividad o derivar en apatía; la naturaleza de la guerra; los límites de la compasión y la solidaridad; y finalmente, la responsabilidad individual.


Referencias iconográficas y bibliográficas del libro con antología de comentarios de la propia autora en cursiva:
  • GOYA, Los desastres de la guerra (1810-1820), serie numerada de 82 grabados.
  • WISEMAN, Hospital (1970). Sobre este documental la autora dice: Pero la vergüenza y la conmoción se dan por igual al ver el acercamiento del dolor real. Quizá las únicas personas con derecho a ver imágenes de semajante sufrimiento extremado son las que pueden hacer algo para aliviarlo -por ejemplo, los cirujanos del hospital militar donde se hizo la fotografía- o las que pueden aprender de ella. Los demás somos mirones, tengamos o no la intención de serlo.
  • BATAILLE, Las lágrimas de Eros (1961).
  • Without Sanctuary, linchamientos de negros en USA (1890-1930).
  • SEBASTIAO SALGADO.
  • ANDRÉ BRETÓN, ideal estético surrealista: "La belleza será convulsiva o no será". ¿De qué otro modo se hace mella cuando hay una incesante exposición a las imágenes y una sobreexposición a un puñado de imágenes vistas una y otra vez?
  • SHAKESPEARE, La tempestad. Lo primero que se le ocurre a Trínculo al encontrarse con Calibán es que podría presentarlo en una exposición en Inglaterra: "not a holiday fool there but would give a piece of silver... when they will not give a doit to relieve a lame beggar, they will lazy out ten to see a dead Indian. (Y no habría tonto de feria que no diera plata... No dan un céntimo para aliviar a un cojo, pero se gastan diez en ver a un indio muerto)." La exhibición fotográfica de crueldades infligidas a los individuos de piel más oscura en países oscuros continúa con esta ofrenda, olvidando las consideraciones que nos disuaden de semejante presentación de nuestras propias víctimas de la violencia. Pues al otro, incluso cuando no es un enemigo, se le tiene por alguien que ha de ser visto, no alguien (como nosotros) que también ve.
  • WORDSWORTH, Prólogo de las Baladas líricas. Descargar versión bilingüe.
  • GOLTZIUS, El dragón devora a los compañeros de Cadmo (1588).
  • NHEM EIN, The killing Fields. Pol Pot.
  • ROGER FENTON, Fotografías de la guerra de Crimea, Sebastopol.
  • TIZIANO, Marsias desollado (1570-1576).
  • JACQUES CALLOT, Les Grandes Misères et Malheurs de la Guerre, 1633.
  • YOSUKE YAMAHATA Hiroshima Nagasaki.
  • DAVID SEYMOUR "Chim" Omarska Srebrenica.
  • WERNER BISCHOF.
  • DON McCULLIN Biafra.
  • LARRY BURROWS.
  • ERNST FRIEDRICH Krieg dem Kriege (Guerra contra la guerra) álbum de fotos de ex combatientes heridos durante la Gran Guerra.
  • ABEL GANCE J'acusse.
  • ROBERT CAPA "El peso de las palabras, la conmoción de las fotos." Magnum Photo Agency.

LUGARES DE MEMORIA:

  • La guerra de Vietnam, la primera televisada, la primera que introdujo la teleintimidad de la muerte y la destrucción en el frente interno.
  • Masacre de Nanjing 1937.
  • Shoah, el genocidio judío.
  • Kushan al Ayaza.
  • Huynh Cong Ut.

JUICIOS DE LA AUTORA SOBRE DIFERENTES ASPECTOS DE LA FOTOGRAFÍA DE GUERRA:

  • El deporte internacional es el sucedáneo de la guerra.
  • La era de la guerra teledirigida.
  • Adeptos a la teleproximidad sin riesgos.
  • La guerra es un juego de hombres.
  • En la Segunda "Guerra Mundial" se tuvo la unánime impresión en el lado victorioso de que había sido una guerra necesaria, una guerra que debía librarse.
  • La ruina de la carne y la piedra.
  • Esta insólita insistencia acerca del buen gusto en una cultura saturada de incentivos comerciales que reducen los criterios del gusto, acaso sea desconcertante.
  • Fotografiar es encuadrar, y encuadrar es excluir.
  • Un retrato que omite al sujeto se convierte en cómplice, si bien de modo inadvertido, del culto a la celebridad que ha estimulado el insaciable apetito por el género opuesto de fotografía: concederle el nombre sólo a los famosos degrada a los demás a las instancias representativas de su ocupación, de su etnicidad, de su apremio.
  • Fotografías, documentales, indicios póstumos de las matanzas.
  • Ambicionar la perpetuación de los recuerdos implica, de modo ineludible, que se ha adoptado la tarea de renovar, de crear recuerdos sin cesar.
  • Las narraciones pueden hacernos comprender. Las fotografías hacen algo más: nos obsesionan.
  • La compasión es una umoción inestable. Necesita traducirse en acciones o se marchita.
  • La memoria es una acción ética.
  • La designación de un infierno nada nos dice, desde luego, sobre cómo sacar a la gente de ese infierno, cómo mitigar sus llamas. Con todo, parece un bien en sí mismo reconocer, haber ampliado nuestra noción de cuánto sufrimiento a causa de la perversidad humana hay en un mundo compartido con los demás. La  persona que está perennemente sorprendida por la existencia de la depravación, que se muestra desilusionada (incluso incrédula) cuando se le presentan pruebas de lo que unos seres humanos son capaces de infligir a otros - en el sentido de crueldades horripilantes y directas -, no ha alcanzado la madurez moral o psicológica.
  • A partir de determinada edad nadie tiene derecho a semejante ingenuidad y superficialidad, a este grado de ignorancia o amnesia.
  • En la actualidad un enorme archivo de imágenes hace más difícil mantener este género de defecto moral. Debemos permitir que las imágenes atroces nos persigan. Aunque sólo se trate de muestras y no consigan apenas abarcar la mayor parte de la realidad a que se refieren, cumplen no obstante una función esencial. Las imágenes dicen: Esto es lo que los seres humanos se atreven a hacer, y quizá se ofrezcan a hacer, con entusiasmo, convencidos de que están en lo justo. No lo olvides.
  • Esto no es exactamente lo mismo que pedirle a la gente que recuerde un ataque de maldad singularmente monstruoso. ("Nunca olvides." Quizá se le atribuye demasiado valor a la memoria y no el suficiente a la reflexión. Recordar es una acción ética, tiene un valor ético en y por sí mismo. La memoria es, dolorosamente, la única relación que podemos sostener con los muertos. Así, la creencia de que la memoria es una acción ética yace en lo más profundo de nuestra naturaleza humana: sabemos que moriremos, y nos afligimos por quienes en el curso natural de los acontecimientos mueren antes que nosotros: abuelos, padres, maestros y amigos mayores. La insensibilidad y la amnesia parecen ir juntas. Pero la historia ofrece señales contradictorias acerca del valor de la memoria en el curso mucho más largo de la historia colectiva. Y es que simplemente hay demasiada injusticia en el mundo. Y recordar demasiado (los agravios de antaño: serbios, irlandeses) nos amarga. Hacer la paz es olvidar. Para la reconciliación es necesario que la memoria sea defectuosa y limitada.
  • Si la meta es que haya algún espacio en el cual se pueda vivir la propia vida, entonces es deseable que el recuento de las injusticias específicas se disuelva en el reconocimiento más general de que por doquier los seres humanos se hacen cosas terribles los unos a los otros.