domingo, 16 de noviembre de 2008

Elogio del silencio

Pedro Juan Galán Sánchez
Elogio del silencio, fragmento extraído de El alma del verdugo

En todo caso, ésta, que fuera la primera, hubo de ser también la última enseñanza que don Pero Sanes tuvo a bien enseñarle a Simón de palabra. Todas las demás debiólas aprender en adelante el asistente con la ayuda e instrumento de su propio ingenio y despabilo, pues aquello que don Pero le reconvino y advirtió, inmediatamente después de narrarle y descubrirle las excelencias del betún, vino a ser muy claro y contundente y muy fácil de entender para buen entendedor:

"En el futuro -le dijo- tendrás de llevarte por cuenta, Simón, que no me parece que vaya a resultar muy de mi agrado el tener que andar respondiéndote siempre a todas tus dudas, vacilaciones y cuestiones. A decir verdad, me gustaría mucho más, carísimo ayudante, verte con la boca las más de las veces cerrada y con los ojos las más de las veces abiertos. Para mientes, Simón, en que el hablar es de todos los hombres y el callar de solos los discretos; y sábete además que el silencio es la cosa menos impertinente y la más excelente y curiosa que haya en el mundo. Que por el callar se aprende mucho y no se yerra nada, y que el que mucho habla y parlotea no hace otra cosa que gastar y desperdiciar la saliva, la cual debiérase más bien emplear en aquello para lo que Dios la concibió mayormente, que es el ablandar el bolo de los alimentos. Y que el tiempo que tardas en preguntar una cosa y en enredarte en pláticas y charlatanerías debieras emplearlo mejor en poner todos tus ojos y el resto de los otros sentidos en aprender por ti mismo aquello que interrogas y quieres saber. Que más se aprende viendo y oyendo que hablando y, en conclusión, que en boca cerrada no entran moscas ni cagadas de moscas, Simón".

1 comentario:

Mamen Aznar Salatti dijo...

Es cierto que el silencio es cosa excelente como atestiguan una gran cantidad de refranes, sentencias y proverbios; el propio Machado, en Juan de Mairena, habla del silencio de esta manera:

"Sólo en el silencio, que es, como decía mi maestro, el aspecto sonoro de la nada, puede el poeta gozar plenamente del gran regalo que le hizo la divinidad, para que fuese cantor, descubridor de un mundo de armonías. Por eso el poeta huye de todo guirigay y aborrece esas máquinas parlantes con que se pretende embargarnos el poco silencio de que aún pudiéramos disponer".

Como ésta hay infinidad de citas elogiando el silencio:

"Es mejor ser rey de tu silencio que esclavo de tus palabras".
Shakespeare

"Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio".
Proverbio hindú

"No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio."
Proverbio árabe

"La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos transcurre amenamente."

Pero también -y en ello vemos la sabiduría del hombre-, encontramos la misma cantidad de citas en sentido contrario, valgan estas de muestra:

"A veces, el silencio es la peor mentira".
Miguel de Unamuno

"Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta, una respuesta amarguísima".

"Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio"
Mario Benedetti

"Cuando la voz de un enemigo acusa, el silencio de un amigo condena".

“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”
Cicerón

"Tu desconfianza me inquieta y tu silencio me ofende".
Miguel de Unamuno

"A veces quiero preguntarte cosas, y me intimidas tú con la mirada, y retorno al silencio contagiada del tímido perfume de tus rosas".
Gloria Fuertes